Otro de los falsos mitos que rodean el mundo de la alimentación y la nutrición es si los huevos aumentan el colesterol.
Es muy amplia la evidencia científica que respalda que a pesar de que los huevos tienen colesterol, la incidencia del colesterol alimentario sobre el colesterol sanguíneo es mínima.
El último metanálisis publicado en la revista European Journal of Nutrition confirma que no existe una asociación clara entre la ingesta de huevos y el aumento o disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular.
Además, podemos estar tranquilos ya que tenemos muchos motivos para defender su consumo, por ejemplo: aportan todos los aminoácidos esenciales por lo que es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico, aporta gran cantidad de vitaminas y minerales (¡ojo que la mayoría están en la yema!), y en cuánto a su perfil lipídico, a pesar de tener colesterol tienen más grasas insaturadas que saturadas (de 4 o 4,5 g de grasa por unidad, solo 1,5 g son grasas saturadas, el resto son ácidos grasos insaturados como (ácido linoleico, linolénico, entre otros).
Si lo que queremos es bajar nuestro colesterol debemos reducir el aporte de grasas trans de nuestra alimentación, aumentar el consumo de verduras y frutas y nuestro nivel de actividad física.